Lograr que las personas vivan en espacios inspiradores es la filosofía de Pistilo y Gracia, firma bogotana fundada hace tres años y medio por la publicista Natalia Olarte y el arquitecto Miguel Matamala.
En sus primeros años, el estudio se enfocó en dos frentes: las plantas para interior —que durante la pandemia tomaron mucha fuerza en los hogares— y el paisajismo para proyectos arquitectónicos.
No obstante, en los últimos meses Pistilo y Gracia ha introducido una tercera línea: objetos decorativos para la casa. “Lo que hacemos es buscar, con paciencia y gracia, las mejores piezas producidas por artesanos a lo largo y ancho del país”, comenta Natalia.
El toque de las piezas
Sus piezas decorativas, muchas de ellas dedicadas a la mesa, son producidas por artesanos que han sido parte del semillero de innovación de Artesanías de Colombia. Es así como cuentan para los objetos de madera con maestros de La Guajira, Cauca, Guainía y Amazonas.
Para las fibras naturales, como el fique, optaron por Santander; para el barro negro viajaron a La Chamba (Tolima), y para el vidrio colaboran con una fábrica artesanal en Bogotá, que recicla las botellas de cerveza; de ahí el color ámbar de sus vasos, copas y jarras.
Con esto realizan un trabajo de curaduría para introducir nuevas piezas en sus colecciones mes a mes. “Traemos pocas unidades por diseño y las sacamos solo una vez. Nuestra tienda —ubicada en Casa Octava, en el norte de Bogotá— está en constante renovación”.
Entre sus planes están experimentar con un material como la cerámica e incursionar en el mundo de la iluminación con lámparas diseñadas por este dúo. “El objetivo es darles vida a los espacios a través de nuestras tres líneas de negocio”.
