Si bien estos apartamentos europeos ofrecían alojamientos tradicionales, hoy se están adaptando como segundas residencias, escondites creativos o alojamientos cerrados para viajeros de negocios internacionales. Su encanto reside en su equilibrio entre intimidad y categoría.

«Techos altos, molduras ornamentadas, suelos de parqué desgastados y ventanas profundas cuentan una historia que las construcciones más nuevas a menudo no pueden replicar», afirma Michele Rhoda, directora y diseñadora de ARRCC. «Sin embargo, la forma de vida de la gente ha cambiado, y los diseñadores están tomando la iniciativa para interpretar esta evolución con claridad y elegancia», comenta.

Estas obras ofrecen una sensación de pertenencia difícil de encontrar en otros lugares. A menudo ubicados en centros culturales, combinan un rico patrimonio con la vibrante vida urbana. Su tamaño, ubicación y detalles arquitectónicos los convierten en la base ideal para una reinvención concienzuda.

Sin embargo, la distribución de estos espacios a menudo refleja un estilo de vida tradicional. Las habitaciones pueden estar fragmentadas e inconexas, con columnas estructurales o gruesos muros interiores que configuran la circulación de formas inesperadas. El reto del diseño no reside en eliminar estas peculiaridades, sino en refinarlas y celebrarlas. Elementos históricos como cornisas detalladas, suelos de madera con estampados y ventanas de proporciones originales aportan carácter a un estilo contemporáneo.

Luz, fluidez y el nuevo lenguaje de los apartamentos
«Una de las herramientas más poderosas para reelaborar estos espacios es la luz», señala Michele Rhoda. Los diseñadores evitan colocar muebles pesados cerca de las ventanas y se centran en ampliar la orientación del apartamento para obtener las mejores vistas.

Las líneas visuales se amplían mediante carpintería cuidadosamente puesta, iluminación oculta y estanterías al fondo de las habitaciones para crear una sensación de profundidad. Estos puntos focales no solo atraen la mirada, sino que amplían visualmente el apartamento, haciendo que incluso los espacios estrechos parezcan amplios.

Mientras tanto, los techos se mantienen limpios para realzar el volumen y dejar espacio para un suelo llamativo, que puede incluir incrustaciones de mármol, texturas en capas o alfombras estampadas que afiancen visualmente la estancia. Trabajar con la disposición de las ventanas existentes, en lugar de contra ellas, garantiza que la luz natural mantenga su ritmo y armonía con las proporciones originales de la arquitectura.

«Pero la evolución no es sólo estructural», señala Rhoda. Un renovado énfasis en la artesanía se está consolidando en toda Europa, reflejando la sensibilidad de diseño de artistas originarios de lugares como Sudáfrica. En la era de la producción en masa y la digitalización, existe una creciente demanda de piezas táctiles que transmitan significado y personalidad.
Diseñar con propósito
El proceso de reimaginar estos apartamentos comienza mucho antes de que se dibujen los planos, y comprender las necesidades emocionales y de estilo de vida del cliente es fundamental para el proceso de diseño. «A través de cuestionarios detallados y conversaciones individuales, el equipo construye una imagen holística de cómo el cliente quiere vivir, entretenerse y recargar energías», explica Rhoda.

Los espacios exteriores, cuando están disponibles, se tratan con reverencia. Ya sea un patio escondido, un balcón estrecho o una azotea con vistas, estas extensiones naturales de la casa se enmarcan con esmero, permitiendo que incluso los apartamentos compactos se sientan amplios, donde maximizar las vistas se convierte en la prioridad.

Renovar los edificios patrimoniales de Europa conlleva desafíos únicos. Suelen existir estrictas normas de conservación, y no todos los elementos pueden modificarse o eliminarse. Sin embargo, dentro de estos límites se encuentra una oportunidad creativa para innovar respetando el pasado, a la vez que se moderniza sutilmente la experiencia del espacio.

Este delicado equilibrio se materializa en el trabajo de ARRCC, un estudio de diseño con sede en Ciudad del Cabo, conocido por su filosofía de elegancia cuidada y un lenguaje de diseño con una rica cultura. ARRCC aporta una sensibilidad artística y personalizada a cada proyecto europeo, fusionando las necesidades contemporáneas con la memoria arquitectónica. Ya sea en el corazón de París o con vistas a la Riviera de Mónaco, el trabajo del estudio refleja una refinada comprensión de cómo la historia y la innovación pueden coexistir.