La cocina es el elemento central de la arquitectura de esta casa en La Calera

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La cocina es el elemento central de la arquitectura de esta casa en La Calera

Simon Bosch

Esta casa, ubicada en medio del verde y apacible paisaje que caracteriza a las montañas de La Calera, está rodeada de ese aire limpio y natural que ofrece la sabana de Bogotá. Sus habitantes soñaban con una vivienda campestre, tal vez a la manera inglesa o a la francesa, contextualizada con las montañas y el clima frío de este enclave tropical. 

Los dueños encargaron a SONA, el estudio de diseño y construcción liderado por el arquitecto Rodrigo Arias y la psicóloga María de Sagarmínaga, interpretar sus ideas y llevar a cabo el diseño interior de la renovación de esta vivienda. “María, principalmente, lidera todo lo relacionado con decoración, mientras yo me encargo de los temas de diseño de interiores”, afirma Rodrigo Arias, al explicar su forma de trabajar.

El diseño de la casa

Un total de 620 metros cuadrados, distribuidos en dos pisos, contienen todo el programa. En el nivel inferior se ubicaron los espacios de carácter social, mientras que el segundo nivel alberga el área privada.

Si bien la intervención no incluyó cambios en la materialidad de su exterior, sí pensaron los jardines y el paisajismo para enmarcar visuales desde el interior y resaltar la presencia del privilegiado entorno natural.

“La cocina es el elemento central del diseño, y a partir de ella definimos prácticamente todo lo que debía suceder en los demás espacios de la casa”, señala Arias. Un sinfín de detalles meticulosamente planeados otorgan a este ambiente el aire campestre deseado, sin perder la elegancia y el refinamiento.

Las vajillas, expuestas a través de puertas transparentes; los gabinetes con molduras; el dorado de las lámparas, manijas y griferías; la solidez de la madera y la combinación de distintos tonos de blanco son esos pequeños detalles que, en conjunto, conforman un lenguaje coherente y tranquilo. 

La materialidad de la obra

“Utilizamos una paleta de colores suave, tenue y sutil”, señala el arquitecto. El blanco roto —este contiene algunos pigmentos agrisados o arenosos, muy suaves— se complementa con variaciones del taupé, generando una atmósfera cálida y agradable que se mezcla siempre con las infinitas variaciones y tonos del verde que irrumpen en el interior del espacio a través de los generosos ventanales con vista al paisaje circundante. 

El único elemento que rompe la homogeneidad de la paleta es la puerta principal de la casa, que pintaron en un azul oscuro, haciendo un guiño a la individualidad y expresividad que les dan los colores de las puertas de entrada a las viviendas inglesas tradicionales.

casa en La Calera con una arquitectura donde la cocina es el centro de toda la obra

La zona social responde al mismo lenguaje. El tapete central del salón, tejido en fibras naturales, articula mesas, poltronas y sofás que siguen la paleta de color y la textura establecida. “El estilo del mobiliario es un poco mid-century, con diseños ligeros y líneas limpias que nos permitieron crear un ambiente vintage y, a la vez, contemporáneo”, comenta María.  

Como telón de fondo y soporte de todos los espacios aparece de manera ininterrumpida un renovado piso de madera, que cambió los tonos oscuros del sapán original de la vivienda por la luz y la textura que ofrece el roble europeo. 

La escalera que conecta con el segundo nivel es un elemento único y singular, que se ciñe a la paleta de colores establecida. Sin embargo, su ligero diseño de pasos sueltos, construidos por medio de bandejas metálicas que flotan volando desde una baranda central, hecha en lámina metálica blanca, es radicalmente contemporáneo. Sus líneas continuas y su corte minimalista contrastan tranquilamente con el aire vintage que se respira en el resto de la casa, sin desentonar.

Las áreas más privadas, como las habitaciones y los baños, continúan con el lenguaje establecido. Lavamanos pesados, con un aire de finca, se apoyan sobre muebles de madera sólida. Manijas, lámparas y espejos sueltos contribuyen a consolidar una clara identidad.

Se extienden las versiones más cálidas del blanco y el taupé también a estas estancias, siendo la única excepción a la regla el papel de colgadura que aparece en el baño social, una pequeña y divertida licencia incorporada en el espacio de manera experimental. 

Cinco puntos para destacar de la arquitectura del proyecto

1. El cambio del piso es una estrategia para hacer más cálida y agradable la vivienda. Instalaron una madera más viva y texturizada.

2. La escalera contrasta de manera sutil: mantiene la misma paleta de color, pero cambia sus líneas de diseño.

3. La cocina es la pieza central, a partir de la cual toman decisiones que se extienden al resto de la intervención.

4. Hay pocos elementos que se desligan de la paleta y generan puntos de interés, como la puerta principal o el baño social.

5. El paisajismo de la vivienda se utiliza para enmarcar visuales y destacar la presencia del entorno natural en el interior de los espacios.

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