Este apartamento, situado en el norte de Bogotá, “aporta una mirada de frescura, armonía y, sobre todo, sutileza. Les muestra a los habitantes una arquitectura que genera sensaciones a través de una minuciosa selección de materiales”, explica la arquitecta bogotana Adriana Álvarez, fundadora del estudio de diseño Cetara.
Influenciada por la arquitectura japonesa, en esta obra se destacan sus formas suaves y paleta de colores tierra, característica de la tendencia japandi, “que se une delicadamente con la iluminación —tanto natural como artificial— para conformar un espacio acogedor, que habla por sí solo”.
Sobre la arquitectura de Cetara
Arquitecta de la Universidad de los Andes, Adriana tiene un especialización en Diseño de Interiores de la Universidad Centro, en Ciudad de México, y una maestría en Visual Media en el IE de Madrid.
Su carrera comenzó en Coala, compañía familiar, para crear Cetara con el paso de los años, su propio estudio, donde hace realidad sus ideas. “Nos especializamos en proyectos de arquitectura, diseño de interiores, decoración, styling y paisajismo”, cuenta.
“La transformación que logra Cetara está dirigida a los habitantes de los espacios. Esta se realiza por medio de la conformación de ambientes sensibles, pensados e inspirados en la naturaleza, que respetan a su vez la esencia de los materiales”.
Esta arquitecta busca con su trabajo que las personas habiten en lugares que estén en concordancia con su personalidad, “llevándolos de la mano para que puedan gozar de un buen diseño que alimente la vista constantemente”.
Para Adriana, la arquitectura nacional pasa por un buen momento: “Somos una generación creativa, que está en constante movimiento. Nos gusta el cambio, innovar, y contamos con la influencia de nuestros ancestros, que tenemos tan presente en nuestras raíces, dándoles un valor agregado a las propuestas”.
