DonDoh, una antigua ceremonia japonesa que realizaban los campesinos alrededor del año 1500 con el propósito de que el dios del fuego calentara la tierra y así las semillas germinaran, fue una de las fuentes de inspiración para crear el concepto de este restaurante y su diseño interior.

Su espacialidad evoca esta tradición nipona a través del uso de materiales pétreos y honestos. “La parrilla japonesa, conocida por su técnica robatayaki o robata, representa el fuego ceremonial mediante una gran elemento de piedra, que constituye a su vez uno de los focos de atención dentro de los cerca de 400 metros cuadrados del restaurante”, comenta Melissa Herrera, arquitecta limeña encargada del proyecto.

El diseño del restaurante

Los revestimientos de madera texturizada también son protagonistas. Aportan calidez gracias a su aspecto artesanal, al tiempo que reflejan el carácter ancestral de la propuesta. Los cielorrasos están revestidos con un artesonado de madera, fabricado mediante una técnica también japonesa, y en el salón semiprivado descuelgan del techo numerosas tablillas con buenos deseos, otro detalle que rememora la ceremonia del dios del fuego.

El área principal está subdividida de manera sutil en varios ambientes: un primer vestíbulo, un amplio salón y otro semiprivado, dos barras y una terraza poblada de vegetación y complementada con un mobiliario especial.

“En cuanto a los muebles, cabe señalar que la mayoría de ellos se tapizaron en telas de color azul índigo, puesto que este tono forma parte integral de la estética del restaurante. Además, se utilizó la técnica Shibori, empleada por los japoneses para teñir textiles”, agrega la arquitecta.

El modo en el que los arquitectos de DonDoh han utilizado las tradiciones japonesas como referencia visual, así como su tendencia a lo táctil y lo rústico, refuerzan el vínculo del restaurante con esta cultura oriental. “Nuestro objetivo principal era que los comensales se transportaran a una auténtica taberna japonesa”, explica Herrera.