Esta silla se creó específicamente para el restaurante Verano (Bogotá). Su estructura metálica, sus líneas ondulantes y sus colores remiten a los tonos cálidos del atardecer y a las rayas clásicas de las sombrillas playeras, a la vez que su ergonomía precisa y su ligereza visual invita a detenerse y disfrutar del momento.

El enfoque narrativo define la esencia de ACME, firma que entiende el diseño como una historia. Este estudio, fundado por el arquitecto Martín Mendoza y la diseñadora de mobiliario Daniela Duarte, nació del encuentro entre dos visiones complementarias.

En una conversación, Mendoza y Duarte encontraron un punto en común: la necesidad de crear piezas que hablaran el mismo lenguaje de los espacios que habitaban. De esa charla surgió A Concept Makes Everything (ACME), el mantra que dio nombre y vida a la empresa.

Para ellos, un diseño no es solamente funcional, sino un relato que conecta materiales y propósito. “No creemos en diseñar por diseñar. Cada objeto que realizamos es resultado de un análisis profundo: materiales, ergonomía, estética e interacción”, afirman. Este enfoque permite que sus piezas trasciendan la funcionalidad para convertirse en parte de un concepto mayor, reinterpretado para cada cliente y espacio en el que se integra.

Detalles de la silla Verano por ACME
La silla Verano es un ejemplo de esta filosofía. La pieza no solo complementa la arquitectura e interiorismo del lugar para el que se concibió, sino que traduce un concepto abstracto en una forma tangible.

Sus curvas orgánicas, logradas mediante una máquina curvadora de tubos con rodillos ajustables, evocan el vaivén de las olas. Con este ejercicio técnico proponen una estructura resistente y cómoda, sin perder su ligereza visual.

“Queríamos diseñar algo que se sintiera vivo, en constante movimiento. Fue un reto encontrar el equilibrio entre lo visual y lo funcional, ya que la silla debía ser cómoda pero escultural. Optamos por acabados en tonos cálidos y frescos, que dialogan con la paleta del restaurante. Para el asiento seleccionamos telas de rayas que rememoran las clásicas sombrillas playeras”, explican los fundadores de ACME.

El resultado es una pieza que es una celebración del verano: ligera, vibrante y acogedora. Pensada para terrazas, rincones cálidos y restaurantes llenos de vida, esta silla invita a relajarse y conectarse con la frescura. “Lo más valioso es la importancia del concepto. Para nosotros, siempre ha sido el punto de partida. Para los diseñadores, esto es clave: un buen concepto es la brújula que asegura que el diseño sea coherente, funcional y, sobre todo, significativo”, concluyen.

ACME ha consolidado su identidad por medio de un portafolio diverso, que incluye piezas como la silla IPE, la banca A2, el espejo Split o el escritorio Monolito, todas diseñadas con el mismo principio: cada objeto es una historia visual y espacial.

En un mundo donde el diseño muchas veces se pierde en la producción masiva, esta firma propone un enfoque fresco y profundo: crear con significado.